El estilo nórdico es una de las variantes con la que contamos durante la planificación de una reforma para nuestra casa o alguna de las estancias de la misma.
Ten en cuenta que se trata de una apuesta que se ha impuesto en las portadas de las principales revistas y publicaciones enfocadas en decoración e interiorismo, situación que avala esta propuesta.
Una de las características principales del estilo nórdico se encuentra en esa combinación que nos plantea entre el color blanco y el uso de la madera.
Una opción con muy buenos resultados en prácticamente cualquier tipo de interior e, inclusive, sin considerar el tipo de estilo por el que nos decantemos.
* El color blanco. Es una opción que destaca por conseguir un efecto visual en el que el espacio parece ser más amplio. A su vez, el blanco es un color ideal para garantizar una mayor luminosidad y hacer la estancia más cálida. Combina con todos los colores, así que no habrá inconvenientes con el tipo de mobiliario o complementos que tengamos.
* La madera. Es una alternativa excelente para aportar calidez a cualquier espacio. Es un material que refleja el paso del tiempo en sí mismo, lo que le da un toque agregado de historia y significado a nuestras estancias. Son varios los tipos de texturas y acabados en los que encontramos madera, así que será cuestión de gustos.
* Los suelos de tarima flotante serán una de las parte más importante de nuestra reforma. Podremos encontrarlos de todos los precios con solo buscar un poco por la red:
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* Respecto a los estilos, la madera veta dota es una opción para quienes deseen dotar de más personalidad a sus estancias. Cuando estemos en una zona con estilo rústico, el blanco nos dará un toque más moderno. Una habitación con estilo minimalista acompañada de una franja de madera dará como resultado una propuesta pop.
En conclusión, el blanco y la madera son una combinación que va bien con cualquier tipo de estilo o de reforma que pensemos aplicar, especialmente para ambientes agradables y relajados.